Fuente: Sitio Principal de los Equipos de Nuestra Señora
Nota: La carta del ERI, se conforma de dos partes: la Carta del Consiliario del ERI y la Carta de un Hogar Responsable perteneciente al Equipo Internacional.
La Puerta de la Fe
Llamados a formar parte del equipo responsable
internacional, y conscientes de nuestra fragilidad y nuestras limitaciones,
nuestro « sí » se debe al ejemplo de María, un acto de fe, de obediencia y de
amor.
El papa Benedicto XVI, en « Porta Fidei », promulgó el 11
de octubre un año de la fe en conmemoración de 50avo aniversario de la apertura
del Concilio Vaticano II. También convocó a la Asamblea general del Sínodo
general de obispos sobre el tema: Nueva evangelización para la transmisión de la fe
cristiana.
Como Equipos de Nuestra Señora ¿tendremos la generosidad de
consagrar « tiempo a una reflexión profunda y a un
redescubrimiento de la fe » libre y consciente, para dar testimonio
coherente de nuestra vida? Cristo en la cruz
es la puerta de la fe; Él abre nuestro corazón a la conversión y
nos lleva con Él por el camino hacia el Reino.
¿Cómo ponernos al servicio de los demás, sin primero
escuchar y meditar la palabra de Dios, y sin degustar el cuerpo y la sangre del
Señor? Sí, lo creemos, la eucaristía nos hace disponibles a nuestros
hermanos y hermanas heridos en amor para que vuelvan a descubrir que ellos
también son objeto de la ternura del Padre.
¿Cómo poder mirar en el corazón del otro con los ojos de
Jesús si no estamos habitados por Él? En la oración, motor de nuestra intimidad
con Dios, volveremos a encontrar la serenidad del Corazón y la disponibilidad
para estar presentes ante nuestro cónyuge y ante los demás.
Nuestra fe crece a través de la pruebas de la vida, cada vez
que nuestro « corazón se deja modelar por la gracia que lo transforma ».
Algunos años después de nuestro matrimonio, nos dimos cuenta
de que no tendríamos hijos. Testigo de nuestro profundo sufrimiento, un amigo
sacerdote nos aconsejó que no nos centráramos en nuestra prueba, sino que nos
abriéramos a las necesidades de otros, asegurándonos que la fertilidad no es
solamente biológica. Obedeciendo la inspiración del Espíritu, nos integramos a
nuestra parroquia. Este compromiso nos abrió "la puerta de la fe que nos
permitió introducirnos en la vida de comunión con Dios y nos permitió la
entrada a su Iglesia "Tener fe, significa confiar en Dios".
Grandes son los retos que enfrenta hoy la vida conyugal.
¡Sí, es difícil tratar de vivir el evangelio en el corazón de la pareja y en el
de la ciudad!. Nuestra fe, es una
brújula fiable que nos orienta para dar testimonio de nuestro amor cuando
nuestras fuerzas desfallecen ante la tentación. El encuentro con Jesús en la oración
nos fortalece para continuar remando en aguas profundas.
¿No fue Jesucristo quién animó a la « Pequeña Tropa » de
cristianos del Medio Oriente a no temer ni hundirse en el gran océano de los no
cristianos de esa región? En unión con el Padre cuyo amor es todopoderoso,
esperamos vivir en nuestros países que son tan probados, una paz justa y
duradera que respete los derechos del hombre y la libertad de conciencia de
todos. Creer en Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es creer que el hombre,
imagen de Dios, está llamado a vivir las relaciones humanas sin discriminación,
a respetar
al otro con sus diferencias; a ese otro a quien debe acoger como una gracia de
Dios.
Antes de la guerra civil en el Líbano, trabajábamos en el
sector musulmán de Beirut. Con la guerra y ante sus peligros, la gran mayoría
de los cristianos salieron del sector musulmán. En una reflexión alimentada por
la oración, nosotros decidimos permanecer allá y confiar en Dios y en nuestros
colegas musulmanes. Durante esos años de sufrimiento, desarrollamos nuestra amistad
con ellos. ¡Actualmente algunos musulmanes practican el deber de sentarse y la
oración conyugal!
¡Atreverse a creer en Dios es una maravillosa
experiencia y una aventura!
¡A veces quedamos sorprendidos por las maravillas que Dios
hace por nosotros!
Concentrarse en sí mismo y en nuestras capacidades es
olvidar que Jesucristo es el centro de nuestra vida.
Creamos en Él, Maestro y Rey de nuestra vida: ¡Atrevámonos a vivir su evangelio!
Georges y Mahassen
Khoury
Hogar Responsable
Zona Centro-Europa
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